Santa Ana, Madre De La Virgen María
Foto: Fundación San José-Pesé |
Ana[1]
(Hebreo, Hannah, significa gracia). Una antigua tradición, que
arranca del siglo II, atribuye los nombres San Joaquín y Santa Ana a
los padres de la Santísima Virgen María. El culto a santa Ana se introdujo ya
en la Iglesia oriental en el siglo VI, y pasó a la occidental en el siglo X; el
culto a san Joaquín es más reciente. Ver: Por sus frutos los conoceréis de
San Juan Damasceno.
Todo lo que
se conoce de ellos, incluso sus nombres, procede de literatura apócrifa: el
Evangelio de la Natividad de María, el Evangelio apócrifo de Mateo y el
Protoevangelium de Santiago. El mas antiguo de estos se remonta alrededor del
150 ad. En el Oriente el Protoevangelium gozaba de gran autoridad,
algunas porciones se leían en las fiestas de la Virgen María. En el Occidente,
sin embargo, fue rechazado por los Padres de la Iglesia. En el siglo XIII,
partes del Protoevangelium de Santiago fue incorporado por Jacobus de Vorágine
en su "Leyenda Dorada". Desde entonces la historia de Santa Ana
se propagó por el Occidente hasta convertirse en una de las santas mas
populares de la Iglesia latina.
Los
escritos llamados "apócrifos" no fueron aceptados por la Iglesia como
parte del canon de las Sagradas Escrituras porque contienen muchos datos que no
son confiables. Pero si contienen algunos datos de documentos
históricos. Lo difícil es distinguir en ellos el grano bueno de la paja.
El
Protoevangelium nos ofrece la siguiente historia: En Nazaret vivían Joaquín y
Ana, una pareja rica y piadosa pero que no tenía hijos. Cuando en una fiesta
Joaquín se presentó para ofrecer sacrificio en el Templo, fue rechazado por un
tal Ruben, bajo el pretexto de que hombres sin descendencia no eran dignos de
ser admitidos. Joaquín, cargado de pena, no volvió a su casa sino que se
fue a las montañas a presentarse ante Dios en soledad. También Ana, habiendo conocido
la razón de la prolongada ausencia de su esposo, clamó al Señor pidiéndole que
retirase de ella la maldición de la esterilidad y prometiéndole dedicar su
descendencia a Su servicio.
Sus
oraciones fueron escuchadas; un ángel visitó a Ana y le dijo: "Ana, el
Señor ha mirado tus lágrimas; concebirás y darás a luz y el fruto de tu vientre
será bendecido por todo el mundo". El ángel hizo la misma promesa a
Joaquín, quién volvió a donde su esposa. Ana dio a luz una hija a quien
llamó Miriam (María). Esta historia se parece a la de la concepción de
Samuel en las Sagradas Escrituras, cuya madre se llamaba también Ana (1 Re 1).
Según una
tradición antigua, los padres de la Stma. Virgen, siendo Galileos, se mudaron a
Jerusalén. Allí, según la misma tradición, nació y se crió la Virgen
Santísima. Allí también murieron estos venerables santos. Una iglesia, conocida
en diferentes épocas como Santa María, Santa María ubi nata est, Santa María en
Probatica, Santa Probatica y Santa Ana, fue construida en el siglo IV,
posiblemente por Santa Elena (madre del emperador Constantino), sobre el lugar
de la casa de San Joaquín y Ana. Sus tumbas fueron honradas hasta el
final del siglo IX, cuando los invasores musulmanes la convirtieron en una
escuela. La cripta, que originalmente contenía las santas tumbas, fue
descubierta el 18 de marzo de 1889.
Muchas
leyendas han sido escritas sobre las vidas de San Joaquín y Santa Ana, causando
gran confusión entre los fieles. Según una de ellas, Santa Ana concibió a la
Virgen Santísima sin concurso de varón, permaneciendo así virgen. Este error
fue condenado por la Santa Sede en 1677 (Benedicto XIV, De Festis, II,
9).
Veneración a
Santa Ana
En la
Iglesia del Oriente ya se veneraba a Santa Ana en el siglo IV. La mejor
prueba de ello es que el emperador Justino I (+565) le dedicó una
iglesia. La devoción a Santa Ana se encuentra en los más antiguos
documentos litúrgicos de la Iglesia griega. En el Occidente no se venera
a Santa Ana, excepto quizás en el sur de Francia, hasta el siglo XIII. Su
imagen, pintada en el siglo VIII en estilo Bizantino, fue más tarde encontrada
en la iglesia de Santa María Antiqüa en Roma. Su fiesta, bajo la influencia de
la "Leyenda Dorada", aparece en el siglo XIII donde se celebraba el
26 Julio.
En 1382,
Urbano VI publicó el primer decreto pontificio referente a Santa Ana,
concediendo la celebración de la fiesta de la santa a los obispos de Inglaterra
exclusivamente, tal como se lo habían pedido algunos ingleses. Muy
probablemente la ocasión de dicho decreto fue el matrimonio del rey Ricardo II
con Ana de Bohemia, que tuvo lugar en ese año. La fiesta fue extendida a toda
la Iglesia de Occidente en 1584.
Las Reliquias de
Santa Ana
Se dice que
las reliquias atribuidas a Santa Ana fueron traídas de la Tierra Santa a
Constantinopla en el 710. Allí estaban en la iglesia de Santa Sofía en 1333. La
tradición de la Iglesia de Apt, en el sur de Francia dice que el cuerpo de
Santa Ana fue llevado a Apt por San Lázaro, el amigo de Jesucristo, fue
escondido por San Auspicio (+398) y vuelto a encontrar durante el reino de
Carlomagno. La cabeza de Santa Ana se mantuvo en Mainz hasta el 1510, cuando
fue robada y llevada a Düren, Alemania. Lamentablemente, no hay sólidos
fundamentos para asegurar la autenticidad de estas reliquias.
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